Las chicas de Peques Guapos en plan Manuel Luque, Director General de Camps, lanzaron una promo en plan “busque, compare…” que está genial. Me han dado un babero a cambio que yo os cuente que me parece. Aprovecho para pedirles públicamente disculpas y es que he tardado bastante en escribir este post. El motivo es bien sencillo y es que Superbebé aún era muy pequeña para utilizarlo cuando lo recibí y no quería hablar de una cosa que aún no había probado. Ahora ya llevamos un par de semanas que el quitababas de Peques Guapos forma parte intrínseca del cuello de mi bebé en una extraña fusión niña-babero-baba (¿se aproximan los dientes? ¿Más noches sin dormir? ¿¿¿Más???). Y es que lo bueno (esta parte es un poco colchones Lo Monaco pero juro que es verdad..) del babero en cuestión es justamente que, a lo Magritte, el babero no es un babero: es un quitababas. No es lo mismo donde va a parar.

Primero para mi gusto son veinte mil veces más monos (¡odio los baberos! Demasiado humillante es ya ir babeando cual macho de perrillo en época de celo como para que encima te cuelguen un trapo bordado con tu nombre. Ahhhhh, se hace público el escarnio…). Los de Peques Guapos son chulísimos y parecen más un complemento bonito de la ropa que un trozo de tela manchado de papilla de fruta. Por otro lado y en mi opinión esto es lo más importante son gustosíiiiiisimos: están hechos de doble capa una de algodón (creo) que recoge la baba y otra de forro polar que es la que está en contacto con el cuello y así el retoño en cuestión no se moja. No sé, a mi me parece muy práctico…son baratitos y en plan regalo no-sé-que-detalle-llevarle son ideales.
Ahhhhh, no consigo cambiarle el formato, ¿por qué me sale rarunoooo?